sábado, 15 de junio de 2013

Este documento lo presente en el I Congreso Anual de Ingenierías de la Universidad Iberoamericana, en Santa Fe, México, D.F. el 18 de septiembre de 2001, y se titulo:                                       

El problema del Agua en la Ciudad de México

El principal problema que enfrentan los ciudadanos de la ciudad de México es la vejez de su infraestructura hidráulica y el crecimiento de su población sin paralelo con la solvencia de sus necesidades; un ejemplo claro es el oriente de la ciudad de México donde se concentra la mayor población de la ciudad, la Delegación Iztapalapa, y en consecuencia posee la mayor demanda del servicio de agua sin recibir una justa dotación; además, se suma su morfología adversa, pues se asienta en el lecho más profundo del extinto lago de México Tenochtitlán, teniendo el riesgo constante de sufrir inundaciones severas, adicional a que su suelo se hunde cada año; como colmo es la zona urbana en que menos llueve.

El problema esta claro y se conoce a profundidad, pero es en la solución de estos donde concentro mi exposición, pues esta claro que urgen propuestas técnicamente viables y económicas.
El problema del agua potable, la escasez.
El problema del drenaje sanitario, el desalojo.
El problema del drenaje Pluvial, la abundancia repentina.

El suministro de la ciudad depende de tres abastecimientos principales, el sistema Lerma - Cutzamala que aporta 5.9 m3/s y 14.5 m3/s respectivamente; El sistema de extracción de pozos profundos que aporta 43.4 m3/s; y las últimas fuentes superficiales como los manantiales de los Dinámos, al Sur de la Ciudad, con 0.820 m3/s; sumando 64.62 m3/s.

Lamentablemente estos suministros no han crecido en los últimos 20 años (2001), por el contrario el suministro de pozos profundos desaparece dramáticamente, propiciando la perforación de sustitutos a mayores profundidades de entre 400 y 700 m; debiéndose mencionar que a tales profundidades se requiere de sumar de un tratamiento de potablización, pues es agua con mucha antigüedad resultado de la filtración del extinto lago y contiene metales pesados.

En el caso del Sistema Lerma – Cutzamala cabe decir que está destinado para servir a todo el Valle de México, incluyendo la zona conurbana del Estado de México; por lo que, no es un volumen propio para nuestra ciudad. Además debemos recordar que el impacto a la Cuenca del Cutzamala es ya notoria y que en los siguientes años se reducirán sus aportaciones, sin contar con los problemas Político- Sociales que se están gestando debido a las necesidades propias de los pobladores de las regiones de extracción.

Si consideramos una población del Valle de México a “según de las autoridades” de más de diecinueve millones de personas, se tendrá  una dotación promedio por habitante de 287.2 litros por día.

Restando a este último volumen las pérdidas por fugas en la red de la ciudad y domiciliarias que en promedio se acepta un 30% se tendrá un promedio resultante de 200 litros por día por habitante; comparando esta cifra con el promedio de consumo real que va de 185 a 240 litros por habitante por día se empezará a notar el déficit del vital líquido.

Soluciones:

El valle de México posee una extensión territorial de más de mil quinientos kilómetros cuadrados, y por su ubicación geográfica; presenta un potencial vasto de captación de lluvia; en promedio la Ciudad de México recibe una media de 715 mm de altura de precipitación, procurando un volumen de un  1,072,000,000 (mil setenta y dos millones) de metros cúbicos de agua al año; para notar lo valioso de este potencial, si consideramos solamente los ocho millones quinientos sesenta mil habitantes “oficiales” de la ciudad, se tendrá un poco más del 50% del suministro actual de la ciudad de México, o el total del volumen deficitario de agua, treinta y cuatro mil litros por segundo. Esta alternativa permite mirar el futuro y nuestros recursos de forma diferente y representa nuestra solución más económica y más importante por ser renovable. Sin descontar los méritos de nuestras autoridades, parte de este caudal se aprovecha por la batería de pozos de la ciudad.

Actualmente las normas de construcción exigen por cada unidad habitacional nueva un planta de tratamiento, así también los Gobiernos Municipales están obligados a construir plantas de tratamiento de aguas negras para sus asentamientos antiguos; pero ¿Qué opera en la realidad?, de diseño se suministran 150 litros por habitante por día a las construcciones nuevas, mientras que la necesidad real es de 220 litros, de los cuales 37.5 se pierden o se consumen como parte de nuestra nutrición, evaporación e incluso riego; aportándose a tratamiento 112 litros de diseño, de forma real se alcanzan 165 litros, mismos que son en la mayoría vertidos al drenaje, mezclándose con las aguas servidas y sin tratamiento; por tanto este volumen se pierde. Es una solución corta y medrosa.
Si en cambio se obliga a usar el volumen tratado y se distribuye de retorno a las zonas habitacionales, o se aporta a la industria se puede reducir o ampliar (según el punto de vista de cada quien) la dotación de agua, se libera un volumen de agua potable usando agua tratada. Según se requiera el tratamiento se tiene que sofisticar y es posible incluso con la tecnología actual llevar al punto de potable; esto sin dejar que el agua vaya al drenaje, se tiene además un alivio a nuestro sistema de drenaje, alargando la vida útil de este o limitado a salvar los altos volúmenes de agua de lluvia.
En consecuencia se puede incrementar casi 43 litros al consumo habitacional y casi 86 litros a la industria o riego, o totalizando a 240 litros al consumo habitacional, superando el consumo real llegando al nivel de confort. Se incrementa 160% el valor de dotación.
Reutilizar el agua es nuestra segunda alternativa, y es técnicamente posible.

Hoy es 15 de junio de 2014 y lamentablemente no hemos superado el tema, es más me atrevo a decir que no se ha abordado.

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